¡El arte tiene prisa!
¡Qué dicha la del coleccionista, la del hombre con tiempo! (Ver Galería de la Expo)
En este nuevo encuentro entre artistas, obras y público se destaca el papel activo de la Galería Regueiro, y su presencia creciente en el panorama del arte local y nacional. No pretendemos inventar la mejor exposición del mundo, este evento anual no es un fin, es el principio de un largo proceso para proponer ideas de colección y atesorar obras representativas de la producción artística contemporánea, asumiendo el coleccionismo como gesto patrimonial, como ejercicio de memoria preñado de porvenir.
El viaje, el ritual, el aprendizaje y los vínculos humanos son algunos de los temas claves que nos acercan al trabajo de los artistas en estos dificiles momentos y a su búsqueda por responder la pregunta quiénes somos.
Nuestra estrategia como coleccionista rehúye del folclor agonístico de los artistas instantáneos, de la impaciente esgrima oral y conteporánea, trabajamos con tiempo, como maestros de la paciencia presto a acoger el sobresalto. Por eso la palabra es promesa y compromiso con el arte y los artistas.
Este aforismo de Kafka da aliento al gesto de paciencia, insinuando en él la promesa de proteger y conservar lo más valioso y auténtico de cada edición.
Existen dos pecados capitales del hombre de los que derivan todos los demás: la impaciencia y la inercia. A causa de la impaciencia fueron desapareciendo los eventos de las artes visuales en Pinar del Río, a causa de la inercia no han regresado. Pero quizás sólo haya un pecado capital: la impaciencia. A causa de la impaciencia fueron eliminados, a causa de la impaciencia aún no regresan.
En el mundo del arte hoy en día, prestamos más atención a los artistas, las obras de arte y las exposiciones. Sin embargo, los coleccionistas son una pieza fundamental en este mundo para colecionar lo que puede ser patrimonio del mañana. Independientemente de la presión económica o los planes de financiación gubernamentales, las instituciones culturales deben contribuir a la producción y al flujo del arte apoyando directamente a los artistas, participando y colocándolos en el motivo central de trabajo.
Nuestra colección no es solamente un conjunto más o menos ordenado de obras, es principalmente una forma de pensar y concebir relaciones significativas entre creaciones y de estas con el “mundo” o el contexto social al cual pertenecemos.
Asimismo, consideramos que debido a su valor histórico, cultural y/o científico, esta patrimonialización progresa atesorando bienes patrimoniales de la comunidad artística pinareña.
En tiempos de crisis, las contradicciones se agudizan o surgen del propio contexto. La producción de obras de arte adquiere una dinámica diferente, aparecen nuevos temas, la comunicación entre artistas e institución debe cambiar, así como el enfoque de adquisición de arte. En mi opinión, el coleccionismo es siempre necesario y requiere responsabilidad y convicción. Necesita una visión en particular, además de flexibilidad.
Los salones de adquisición de la galería Arturo Regueiro, son un punto de encuentro para abordar las posibles contradicciones entre espectadores, artistas y expertos. Nos invitan a reconsiderar nuestros intereses en el arte, pero también en el día a día, y nos muestran las responsabilidades que tenemos como individuos.
Esta es una oportunidad para que cuestionemos nuestro comportamiento y cambiemos nuestras opiniones. Esto es lo más valioso que el arte puede hacer y no excluye a nadie de la misión de proteger la creación. Los artistas, una vez más, son bienvenidos a participar en el proceso con su pasión y compromiso. En la Novena Edición del Salón de Adquisición Arturo Regueiro hablamos de repensar la relación entre los artistas –que se inspiran en la experiencia de la existencia–, el arte y la gente, para que la coherencia entre el mundo de la creación y la sociedad continúe existiendo.
Para ello hemos examinado la realidad de forma crítica, aplicando una nueva estrategía. Esto significa que un arte que no está conectado a la sociedad en la que vive carece de sentido.
Por el Msc. Heriberto Acnda Ramos.